NUESTRO DIÁLOGO INTERIOR.

Hablamos sobre la conversación que constantemente mantenemos con nosotros mismos. No siempre basada en realidades. En la mayoría de los casos son basadas en interpretaciones que hacemos de la realidad.

La distorsión errónea de la realidad, puede provocarnos estados emocionales no deseados, llegando a provocar tristeza, sumisión e incluso agresividad.

Una posible solución sería mirar lo que quieres ver. Enfocar tu energía hacia pensamientos que te ayuden a mejorar y avanzar en la vida. Tener libertad de pensamiento es una herramienta indispensable para crear aquello que queremos.

APLICACIÓN PRÁCTICA:

Toma conciencia de cuál está siendo tu diálogo interior. Llamamos “Rumiación“ a esos pensamientos constantes y reiterativos que inciden sobre nosotros constantemente. Puedes hacerlo a través de mindfulness.
Analiza si te hace daño. O qué emoción provoca lo que te estás diciendo.
Comprueba si tiene alguna utilidad.
Crea un nuevo diálogo interior encaminado a hacerte sentir mejor.

EJEMPLO:

Me doy cuenta que tengo un pensamiento constante en el que me digo “que no quiero asistir al curso de formación, porque quiero estar con mi familia, porque bastante tiempo dedico ya al trabajo, porque son tres horas seguidas,…”
Me hace sentir culpable con los demás y conmigo misma.
Este pensamiento no me sirve para nada. No es una obligación y si no quiero ir más, no iré.
Me digo “he elegido asistir al curso de formación porque quiero herramientas para mejorar mi vida y mis cualidades como docente. Soy una persona comprometida conmigo y mi trabajo. Seguro que aprenderé a ser más feliz y transmitiré esa felicidad a los que más quiero y me quieren. Al ser mejor en el trabajo, también seré más feliz en mi vida. Mi familia se alegrará y podré dedicar más tiempo de calidad a ellos,…”

SITUACIÓN IMAGINARIA PARA CONTRASTAR EL VALOR DE MI DIÁLOGO INTERIOR

Hemos quedado con una amiga o amigo. Pasa el tiempo y no llega a la cita. Lo llamamos por teléfono y no contesta.
En este punto vamos a poner el altavoz a nuestra voz interior.
SITUACION 1: Me siento Enfadada. ¿Qué me está diciendo mi voz interior para que me esté sintiendo así?
Acaso me está diciendo “con la de cosas que yo tengo que hacer y estoy aquí perdiendo el tiempo…”
SITUACION: 2 Me siento Triste.
Mi voz interior puede estar diciéndome “que poco valora mi amistad que me deja plantada”.
SITUACION: 3 Me siento Preocupada.
Mi voz interior puede estar diciéndome “¿Le habrá pasado algo?”
SITUACION: 4 Me siento Contenta.
Me puedo decir “está a punto de llegar y vamos a pasar un rato súper agradable juntos/as”

Como vemos, el discurso de nuestra voz interior influye mucho en nuestras emociones. Genera sentimientos. Podemos orientar el discurso de esta voz hacia un pensamiento que me haga sentir lo que yo quiero sentir.

ACTIVIDAD
En grupo de forma oral o individualmente por escrito, podemos exponer ejemplos de situaciones con diferentes diálogos interiores, analizando las emociones que provoca.