MATERIAL NECESARIO: 1 Balanza / 2 recipientes o tarros transparentes / canicas de dos colores.

La actividad pretende medir las distintas emociones que experimentamos a lo largo de una semana.

Tendremos una balanza en la entrada del aula. En un rincón visible. De manera que en el momento del día que se establezca (al inicio, a la salida, en ambos casos), el alumnado irá a la balanza y depositará una canica del color del estado emocional en el que se encuentre.

  • Color verde: emociones que provoquen su bien estar. (Alegría, enamoramiento, ilusión,…).

  • Color rojo: emociones que provoquen sensación de mal estar. (tristeza, enfado, asco,…).

Recordaremos que no existen emociones positivas o negativas. Todas son necesarias para poder vivir. Las que nos provoquen bien estar, deben servirnos para potenciar dichas actitudes o hechos. Las que nos provoquen mal estar, tendremos que tomar conciencia de ellas y buscarle el por qué y para qué. Deben servirnos para buscar un cambio a mejor en nuestras vidas. Para encontrar soluciones a nuestro problemas.

La balanza nos irá mostrando el nivel emocional de la clase. De forma que cuando veamos bolas rojas, podamos ayudar entre todos a solucionar posibles problemas o circunstancias.

Si observamos que aparecen bolas rojas y no existe deseo de compartir las circunstancias que provocan dichas emociones, el/la docente podrá indagar y trabajar de forma individual o personal la casuística de forma sutil y desde el cariño y la empatía.

Poco a poco trabajaremos el hábito de auto chequearse emocionalmente.